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Resineros: quiénes son y cómo viven los misioneros que trabajan en los pinares de Corrientes


Hace algunos meses la producción de resina está en el ojo de la tormenta: se le acusa de trabajo esclavo y condiciones de abandono.


Sin embargo, miles de misioneros dejan a sus familias y viajan todas las semanas a trabajar debajo de los pinares correntinos.


En esta nota graficamos cómo son 2 campamentos resineros, ubicados cerca de la ruta y a tan sólo unos kilómetros de Posadas, en la zona de Ituzaingó. Por supuesto, existen otros campamentos y otras condiciones de trabajo y vivienda que pueden asemejarse o no.


Un mercado con buenos números

Existen 5 grandes empresas que producen a gran escala la resina de pinos en Corrientes y, a su vez, algunas otras que trabajan a menor escala.

Desde el sector, estiman que actualmente hay más de 1.000 misioneros trabajando en Corrientes todas las semanas, todo el año.


El número impacta por sí mismo y más aún si se considera que en 2021 se registró un total de 5.991 trabajadores en las 500 mil hectáreas correntinas con bosques implantados.


Quiénes son

Los trabajadores resineros en Corrientes son casi todos misioneros, oriundos de la zona de Mártires y Bonpland, también de 25 de Mayo y algunos de otros municipios sobre la Ruta 12.


Algunos son “resineros de cepa”, otros no. Algunos trabajaron desde chicos con sus padres en la resina misionera y otros, se iniciaron directamente sobre suelo correntino.


“Muchos de los que están hoy acá son hijos de productores tabacaleros y tareferos”, contó Emilio, de 52 años, oriundo de Puerto Piray, que trabaja en forestaciones correntinas desde el 2019.


Trabajan por semanas o quincenas. Viajan a Corrientes en colectivos de las empresas y, en algunos casos, en autos propios ya que prefieren ir y venir todas las semanas.


Le dicen y se autoproclaman guapos. “Los correntinos trabajan más que nada en el ganado y saben hacer alambrados. Pero el misionero, ese sí que hace de todo! Vos al misionero, le das una asada y te va a carpir, le das ponchada y te tarefea. No tiene drama, labura”, explicó Joaquín, el capataz oriundo de 25 de Mayo, que trabaja en el rubro desde el 96´.

Los resineros de los campamentos que visitó Plan B, en su mayoría jóvenes, explicaron que el trabajo no es pesado, es manual y que “no se mecaniza más allá de levantar el balde”.


En cuanto a los horarios libres, además de los campeonatos de fútbol entre los equipos de resineros, se organizan también juegos de truco, chin chon y pulseadas.


Cuando Plan B los visitó, se organizaban para ver los partidos con Direct TV. Incluso quienes por la religión no pueden ver fútbol, estaban siendo convocados para sumarse y alentar a la selección de Messi.


Cómo viven mientras trabajan

Los “campamentos” que conoció Plan B son construcciones de madera y de cemento, con techos de chapa, organizadas por sectores: cocina, quincho, sanitarios y habitaciones.


Además, hay espacios con usos específicos: guardar herramientas, estacionar maquinaria agrícola, guardar mochilas pulverizadoras para incendios, elementos de protección y la “pasta” -único producto químico que utilizan en todo el proceso, y que sirve para estimular la salida de la resina, una vez que se realiza el corte-.


Tienen pozo perforado y grupo electrógeno. “A las 10 de la noche ya oscurecemos todo, dormimos y nos levantamos a las 5. Desayunamos tranquilos y a las 7 ya le metemos ficha”, dicen.


Con respecto a la alimentación, administran su mercadería a veces de forma individual o en ocasiones compartiendo en pequeños grupos.


“Probamos con el comedor, pero no dio resultado en ninguna empresa. Cada uno tiene sus horarios para comer y su forma de cocinar…” contó uno de los resineros.


De atrás se sumó con risas otro trabajador, explicando que “al misionero le gusta la verdura, por eso también hacemos huertas en el campamento si podemos”.


Qué valoran los misioneros

Los aspectos más valorados por los misioneros: el salario, la cobertura de salud para la familia y la libertad para organizar horarios de trabajo.


“Allá -Misiones- no ganamos ni loco lo que ganamos acá”, contó


“Que te den obra social para la familia, eso es una tranquilidad de la gran siete para todos”, indicó Aníbal.


“Cada uno tiene su responsabilidad, así que se organiza. Si viene el jefe y yo estoy tomando mate a las 11 de la mañana, no me dice nada porque el sabe que yo me organizo”, detalló Emilio.


También valoran la vestimenta (botas, guantes y pantalón) y los elementos de trabajo, ya que les da “garantía de laburar tranquilos”.



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