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Las evocan

Actualizado: 18 abr 2023


Por Florencia Goncalves - Se viene un año de elecciones y los frentes políticos van perfilando artimañas para diferenciarse en una Argentina sumida en una crisis que alcanza a cualquier bolsillo, con la institucionalidad resquebrajada en todos sus sentidos y una sociedad cabizbaja, que encuentra en el Mundial de Qatar la posibilidad del manotazo de ahogado para terminar bien el año.


En Misiones, van apareciendo tímidamente indicios de lo que será la contienda electoral y se va conformando ese mejunje de jugadas propias de por acá: circulan los dimes y diretes de potenciales candidatos, aparecen estrategias de marketing insólitas y se perfilan los caballitos de batalla para la campaña.


Entre los mejores caballitos, están el greenwashing: - seguimos insistiendo en que “Misiones alberga el 52% de biodiversidad”, aún sin haberlo medido nunca- y; la igualdad de género con la jugada maestra de la participación política de las mujeres.


Duro, pero real. De cara al 2023, las mujeres conforman un colectivo útil y políticamente correcto. La consigna es clara: debe ser incluidas como uno de los mensajes claves de campaña y, por supuesto, ubicadas en algún lugar de las listas.


Pero está claro que cumplir con la Ley Provincial de Paridad Política no es sinónimo de igualdad, sino una cuestión meramente cuantitativa. Las brechas siguen estando ahí, incluso hasta se profundizan en ciertos frentes políticos.


Este fin de semana participé de la reunión de mujeres radicales en la Casa Radical de Posadas. La sensación fue la misma que cuando estuve en el encuentro de mujeres renovadoras: emociona ver cientos de mujeres socializando sus realidades, debatiendo prioridades y proyectando acciones concretas; pero decepcionan las ausencias.


Y no las ausencias de los varones con cargos, poder de decisión y legitimidad política que acostumbran a inaugurar estas jornadas y desaparecen antes de que empiecen los debates femeninos. Lamentablemente, eso es moneda corriente.


Las ausencias que decepcionan son las de las propias mujeres. Sí! Aún a esta altura y como si se tratara de una gran paradoja, en los encuentros políticos organizados por mujeres, para mujeres y con el objetivo de empoderar a las mujeres en la participación política, hay muchas que siguen brillando por su ausencia.


Entre ellas: las mujeres rurales. No las incluyen ni las convocan. Sólo las evocan.


Están presentes en discursos de ocasión y en vistosos contenidos de redes sociales. Están ausentes en la planificación de proyectos y en la definición de presupuestos. Resultan indiferentes en los espacios de toma de decisión política.


Esas mujeres que se embarran a diario para producir alimentos, resguardan la crianza y la salud de los niños a lo largo y ancho de la provincia y empujan las producciones que sostienen la economía provincial, brillan por su ausencia en los espacios políticos. Sólo en ocasiones y como si acaso ellas no tuvieran voces propias, hay quienes suponen y exponen lo que consideran que ellas piensan, necesitan y demandan.


Siento que la deuda pendiente no cambió y es primero entre nosotras: necesitamos reconocernos y comunicarnos para luego, impulsarnos y proyectarnos en espacios legítimos de igualdad.


Estamos a tiempo de generar proyectos con voces genuinas y no simpatizantes de eslóganes que sólo aparecen en el discurso y no en la práctica, como la sororidad.


Estamos a tiempo de afianzarnos los pies en nuestra propia tierra, con valores nuestros y de acá.


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